Cuando uno sufre la pérdida de una mascota, las alternativas más comunes es enterrar o cremar sus restos. Sin embargo, otra alternativa es convertirlos en compost para que den nueva vida. Convertidos en fertilizantes, contribuyen al nacimiento de plantas.
“Como nunca habíamos tenido una mascota no sabíamos qué hacer. Al vivir en un departamento, no teníamos un jardín. Entonces junto a mis socios fundamos Vuelve Compostario”, señaló Pía Pacheco, socia de la mencionada empresa.
Este emprendimiento brinda una alternativa que respeta a la madre naturaleza. A través de la descomposición, ellos transforman a las mascotas en compost, un abono natural que nutre a las plantas.
El último adiós a las mascotas: la alternativa del compost
Ellos se encargan de recoger a la mascota fallecida en su hogar, la trasladan al compostario ubicado en Pachacamac y la colocan en una ‘cunita compostera’, donde permanece cubierta entre dos y tres meses, tiempo en el que se transforma en abono.
Después, como símbolo de nueva vida, la mascota vuelve con sus dueños, pero transformada en una planta alimentada con esos nutrientes.
Los representantes de la empresa aseguran haber generado más de 2,500 kilos de compost, muchos de los cuales han sido donados a jardines comunitarios en Villa El Salvador. Ellos han compostado todo tipo de mascotas, desde hamsters y loros hasta perros de 45 kilos.