Un hombre, identificado como Eric Jackson, se encontraba en un lago de Texas, Estados Unidos, alistándose para participar en un torneo de pesca profesional. En el momento en que se disponía a meter su bote al agua, toda su casa rodante comenzó a ir con dirección al lago.
¿Qué ocurrió? Su perro de dos años, Bodi, pisó de forma accidental la palanca del freno de mano, lo que hizo que el auto comenzara a desplazarse directamente hacia el agua. Jackson saltó del agua y corrió hacia el interior para poner el pie en el freno. Lo consiguió, pero ya la parte trasera estaba llena de agua.
De esta manera, en cuestión de segundos, el hombre perdió miles de dólares, ya que había invertido 180 mil dólares en adquirir la casa rodante. “Pensé que me estaba desmayando, el barco comenzó a venir hacia mí. Salté del remolque, corrí tan rápido como pude a través del agua, abrí la puerta, salté dentro de la casa, corrí hacia el frente y puse el pie en el freno”, comentó.
Mientras tanto, el buen Bodi había hallado dónde esconderse: debajo del asiento del copiloto. “Bodi es uno de esos perros que mira hacia abajo y se esconde cuando sabe que hizo algo malo”, indicó Jackson.
Vecinos de la zona y otros pescadores grabaron todo el incidente y luego ayudaron a Jackson a sacar su auto del agua. Solo diez minutos bastaron para que la casa rodante volviera a tierra firme, pero el daño ya estaba hecho. Ahora todos están de regreso en Tennessee, mientras que su vehículo permanece en un taller. El video con lo ocurrido se hizo viral en las redes sociales.