El mes de febrero llega a su fin y como cada año el Callao se viste de fiesta para despedir los carnavales como solo ellos saben hacerlo, a punta de ‘piscinazo’ de barrio. Este fin de fiesta es con todo, aquí no solo se vale jugar con agua, sino que la celebración llega con música, comida, trago y harta diversión porteña.
Aquí nadie se salva de un rico chapuzón, quieras o no, todos caen a la piscina por las buenas o por las malas. Pero, al final del desenfreno viene la resaca, un escenario que, definitivamente, no muestra la mejor cara del Callao, pues luego de los carnavales las calles quedan empozadas, llenas de basura y convertidas en posibles focos infecciosos que podrían contagiar cualquier enfermedad.
No encuentran solución
Hace una semana, ‘Tengo Algo que Decirte’ recogió el reclamo de una vecina chalaca que denunciaba tremenda inmundicia en su barrio tras los fines de semana de carnavales, sin embargo, si bien estos han terminado el último domingo, las piscinas seguirán allí en tanto dure el calor y, según los pronósticos, esto será por unos meses más.
Si bien es cierto que muchos indican que las temperaturas son elevadas y por eso buscan refrescarse, lo cierto es que no solo se están desperdiciando recursos tan importantes como el agua potable, sino que se está afectando la salubridad de todo un vecindario. Las piscinas de barrio están prohibidas por disposición municipal, pero al parecer este panorama tiene para rato.