Uno de los grandes momentos mundialistas se dio con el gol más rápido de las copas del mundo, que se dio en el choque por el tercer lugar en Japón Corea 2002.
En aquella oportunidad, en el partido entre Turquía y Corea del Sur, el delantero otomano Hakan Sukur robó un balón en campo contrario y venció al meta coreano apenas a los 11 segundos del encuentro.
Al final el triunfo correspondería a Turquía por 3-2, llevándose así la medalla de bronce en esa Copa del Mundo.