El tío Lisuratás sabe que la cuarentena ha pasado a ser focalizada, pero ello no conlleva a que la vida haya vuelto a la “vieja normalidad” y que la genta pueda hacer lo que le dé la gana.
Es por ello que ha regresado a la puerta de principal de Gamarra para imponer el orden y evitar que los ambulantes, que no tienen nada que hacer allí, ingresen para ponerse a vender.
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