El buen Arturito cambió los marcianos por las empanadas y llegó al Club Náutico para ganarse un dinerito.
De pronto apareció Fátima Segovia, la popular ‘Chuecona’, y Arturito aprovechó para venderle una empanada de chancho y hacerle varias preguntas.
Por si fuera poco, Arturito tendría un inconveniente con un vendedor venezolano de arepas y la ‘Chuecona’ con una vendedora de caramelos.