El tío Lisuratás llegó a tiempo al Bar Pídalo con Rima para salvar a sus compadres de las garras de las temibles peperas.
Luego, en su primera reunión del año, habló de todo un poco con sus amigos de tantas andanzas: la selección peruana, el indulto al expresidente Yukimori, etc.
La novedad fue que el mozo se rehusó a decir rimas y, peor aún, se atrevió a lapear al tío Lisuratás al momento de opinar sobre quién ha sido el hombre del año, generando un despelote en el bar.