El niño Arturito llegó a una piscina pública, pero como no sabe nadar necesita un flotador. Entonces llegó a la tienda de Carlos Vílchez y, como ya es su costumbre, no tenía las monedas justas para comprar lo que quería.
Pero lo que le falta de dinero, le sobra en terquedad. Por ello, con tal de llevarse algo de su tienda, le dedicó una divertida e indiscreta canción sobre su nueva relación. Como ya es sabido, Carlos Vílchez reveló hace poco que vive muy enamorado.
Mira aquí más sketches de ‘El Wasap de JB’.