La historia de la pequeña Helena se resume en un año y dos mes pero coincide con la alegría de su padre, Allison Becker, testigo orgulloso de su crecimiento a la par que se consolida desde mediados de 2016 como titular de Brasil.
La Canarinha ha patentado en territorio ruso los momentos familiares de los jugadores en plena cancha, a la vista de los periodistas. Los entrenamientos terminan y desde las gradas aparecen los hijos de los jugadores.
La presencia de las esposas o novias, los hijos y los padres de los jugadores ha resultado un sustento emocional importante para una plantilla que lleva poco más de un mes concentrada en el Mundial Rusia 2018.
La imagen que más conmovió en Sochi la protagonizaron el guardameta del Roma y Helena, quien con catorce meses llegó a darle patadas a los balones que completaron la escena con su padre.