En el partido realizado este lunes entre Arabia Saudita y Egipto, que concluyó con victoria saudí por 2-1, se produjo un hecho que quedó grabado para la historia de los mundiales.
El arquero egipcio Essam El-Hadary se convirtió en el jugador más longevo en jugar una Copa del Mundo. Con 45 años y 161 días, superó el anterior récord, que lo tenía el exportero colombiano Farid Mondragón.
Pese a la derrota final, el guardameta jugó un buen partido con excelentes atajadas, que incluyeron el bloqueo de un disparo penal.
Cincuenta minutos antes del inicio del partido, Essam El-Hadary saltó al campo de juego, se acercó a uno de los arcos para rezar, luego de lo cual inició los trabajos de calentamiento.
Cabe apuntar que éste fue el debut mundialista de Essam El-Hadary, quien inició las acciones como capitán de Egipto. Pese a su esfuerzo, Egipto quedó último del Grupo A de Rusia 2018, sin puntos.