Durante la misa y tedeum por Fiestas Patrias.
El arzobispo de Lima cardenal Juan Luis Cipriani instó hoy a la clase dirigente del Perú a construir puentes de diálogo que unan y no muros descalificadores que nos dividan, y agregó que la paz social de un país se funda en la justicia.
Durante su mensaje en la misa y tedeum que, por Fiestas Patrias, se realizó en la Catedral de Lima, Cipriani dijo que no puede haber verdaderamente paz si cada uno solo se fija en sí mismo, si solo reclama su derecho, si no se preocupa del bien de los demás y de todos.
“Nos corresponde a todos los que tenemos una responsabilidad no solo política sino gremial, empresarial, periodística o en la academia. Todos los que de alguna manera estamos en esa clase dirigente del país. Estamos siendo cuestionados”, manifestó. En esa línea, Cipriani dijo que la gente quiere mejor atención en el sector de salud pública, que sus hijos reciban en los colegios la enseñanza y el testimonio de los valores de amor a la verdad, del respeto por el otro y el amor a la Patria
Cipriani señaló que toda organización jurídica y política de una sociedad se apoya sobre la recta aplicación de la justicia, y que esta es la responsabilidad de los poderes del Estado. “Por ello las urgentes reformas que el Perú espera, y que nos compete a todos, se deben encausar con firmeza, con prontitud, sin caer en esos mesianismos que pretenden rehacerlo todo y refundarlo todo, y que siempre acaban destruyendo lo que hay”, aseveró.
Tras señalar que se trata de una tarea desafiante y compleja, Cipriani dijo que todos los peruanos estamos llamados a poner el hombro fraternalmente, mediante el diálogo, en la reforma que el país espera. Invocó a Dios a que bendiga y acompañe a las autoridades del Perú en la tarea de gobernar con justicia.
“Hay que trabajar por el cambio del mundo de una forma sobria, realista, paciente y humana. Hay una tarea que exige fortaleza, optimismo, confianza, que no cambia de un día para otro”, recalcó. Sostuvo que la historia, nuestros héroes y antepasados, nuestros padres, nuestros abuelos y tantos peruanos que, en diferentes momentos de la vida, defendieron la unidad de la patria, defendieron la paz frente al terrorismo, nos convocan.
“Todos ellos unidos nos piden emprender esa reforma que empieza en la conversión de nuestros corazones a Dios, y desde esa cercanía acciones que protejan a la familia, que eduquen a los hijos, que haya una mayor y mejor atención en las necesidades básicas de la salud de los más pobres”, manifestó.
