Además, un nuevo ataque se produjo esta madrugada contra la academia militar de este país, en donde un soldado perdió la vida.
La explosión de una ambulancia bomba convirtió las calles de Kabul en un verdadero charco de sangre. Muertos y heridos dispersos en pleno corazón de la capital afgana era el panorama que se veía luego de que un carro lleno de dinamita detonara en un área concurrida por la gente el último sábado al mediodía.
El atentado, reivindicado por los Talibanes a través de Whatsapp, dejó 103 fallecidos y 235 heridos, quienes fueron trasladados a los hospitales más cercanos. La fuerza de la explosión también destrozó las ventanas de edificios, tiendas y oficinas gubernamentales que se encontraban alrededor.
De acuerdo con el Ministerio del Interior, las fuerzas de seguridad afganas han arrestado hasta el momento a cuatro sospechosos que podrían estar relacionados con el ataque. Asimismo, hoy al amanecer un grupo de hombres armados atacaron la academia militar del país, donde al menos un soldado perdió la vida y otros tres agentes resultaron heridos.
Este nuevo golpe fue reconocido por el grupo subversivo Estado Islámico. Tras esta ola de atentados, las autoridades han anunciado la alerta máxima por el temor de que se produzca un nueva ofensiva.